La primera jornada del II Congreso Ibérico del Maíz, que se desarrolla en Barbastro (Huesca) y que ha contado con la presencia de 500 agricultores, ha dado respuestas favorables para la rentabilidad del cultivo del maíz pese a las exigencias de la política europea ‘De la tierra a la mesa’.
Importantes expertos de diversos ámbitos relacionados con la cultura maicera han garantizado que se puede sacar adelante una parcela de maíz, de forma sostenible, con un 20% menos de fertilizante, un 50% menos de fitosanitarios y con un uso del agua más eficiente, como marca la normativa de la Unión Europea (UE).
Pare ello, es basica la digitalización de los equipos para hacer una agricultura de precisión, con mapas de producción y análisis de suelo, que indiquen a las máquinas donde echar más o menos semillas -cada vez más productivas-, fertilizantes y fitosanitarios, que permitirán ahorrar dinero, aprovechar mejor los insumos aplicados y de forma más sostenible y eficiente, porque son aprovechados mejor por las plantas.
Pero, como dijo Ángel González Quintanilla, vicepresidente de Fenacore y vicepresidente de Ferduero, de nada sirve la digitalización de la agricultura si no hay agua, para lo que solicita una mayor regulación del agua plurianual, que permita embalsar agua en los años lluviosos para que haya reserva para los años secos. Según Quintanilla, muchos regantes ya han hecho el esfuerzo de modernizar y digitalizar sus regadíos, pero necesitan infraestructuras -que pueden ser balsas laterales a los rios- que les garanticen el agua, un elemento que los agricultores -dice- no consumen sino que usan para producir los alimentos que llegan a los consumidores.