La provincia leonesa, con 51.500 hectáreas sembradas de maíz, representa el 29,5% del total nacional
Según los datos hechos públicos por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), dependiente del Ministerio de Agricultura (MAPA), en este año 2023 se han declarado en España 242.700 hectáreas de maíz a efectos de las ayudas de la PAC, de ellas, 211.987 hectáreas cultivadas en regadío y 30.713 de secano (estas en las regiones de la España húmeda, donde se cultiva como forraje ensilado para la alimentación del vacuno de leche). Castilla y León con 116.000 hectáreas sembradas de maíz, el 47,8% del total, se consolida como la región más productora de España.
La superficie total de maíz registrada por el FEGA (242.743 hectáreas) ha bajado en 18.000 hectáreas respecto a las previsiones emitidas por el MAPA en mayo. La sequía ha rebajado las previsiones emitidas en mayo sobre todo en Cataluña y Aragón, que han reducido sus siembras en 20.000 y 10.000 hectáreas, respectivamente, según los datos de finales de agosto. El FEGA ha registrado sólo 10.415 hectáreas en Cataluña y 27.184 en Aragón. También ha rebajado las previsiones Extremadura en 5.000 hectáreas, hasta las 22.484 actuales. Estas bajadas no fueron compensadas por las 9.000 hectáreas que aumentaron las previsiones en Castilla y León y las 4.000 incrementadas en Galicia (21.837 hectáreas) y en La Mancha (17.260 hectáreas actuales).
Según los mismos datos oficiales, en la provincia de León se han cultivado 71.526 hectáreas de maíz, lo que representa el 29,47% de toda la superficie nacional. Respecto a Castilla y León, la provincia representa el 63% de las 113.000 hectáreas que se han cultivado.
Asaja valora que la provincia de León haya seguido ganando peso en el conjunto nacional debido a que ha sido este un año de sequía que ha disuadido las siembras en muchas zonas productoras, mientras que en León no ha habido esta limitación, debido al buen estado de los embalses. No obstante, sí se ha producido en la provincia una reducción de las siembras, respecto a 2022, debido a que así lo ha impuesto la aplicación de la nueva PAC que exige diversificar cultivos, rotar cultivos e introducir los denominados cultivos mejorantes.
El maíz cultivado en la provincia se destina sobre todo a la obtención de grano para pienso de alimentación animal, y se comenzará a cosechar en la segunda quincena de octubre. Unas 4.000 hectáreas se destinan a forraje ensilado para la alimentación del ganado lechero, cuya recolección comenzó a finales de agosto. Una superficie más modesta se destina a la producción de maíz dulce, que se recoge en mazorca, destinado a la alimentación humana, que se recolecta a finales de agosto o principios de septiembre.
Asaja León es una defensora a ultranza del maíz, para el que la organización no ve otra alternativa de cultivo que pueda sustituirlo sin menoscabar la rentabilidad de las explotaciones. Por eso la organización agraria reclama que no se le penalice con las normas de la PAC y que se considere al maíz como un cultivo medioambientalmente sostenible, por ser el que menos pesticidas requiere en su fase de cultivo y porque, al contrario de lo que algunos puedan pensar, no requiere más consumo de agua que otros. Desde el punto de vista comercial, España es gran deficitaria en la producción de maíz, así que lo que no se produzca aquí se ha de importar de países que producen maíz transgénico.
La provincia leonesa tiene potencial para incrementar la producción de maíz en los próximos años debido a la puesta en regadío de nuevas superficies en la zona de Payuelos, dependiente del embalse de Riaño. Asimismo, León tiene capacidad para obtener todavía mejores rendimientos por hectárea con los sistemas de regadío modernizado. Un regadío modernizado que avanza a ritmo lento y que tiene pendientes unas 50.000 hectáreas en la provincia leonesa.