Las OPAs satisfechas porque abogaba por la reducción del 65% del uso para 2030
El Parlamento Europeo ha rechazado el Reglamento del Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios (SUR), que abogaba por la reducción del 65% en el uso de fitosanitarios para 2030. Con este resultado se abre un nuevo capítulo en la política agrícola europea.
Mientras, Unión de Uniones “espera que esto sea una señal de que el sentido común empieza a pesar por encima de la doctrina ideológica” en las instituciones europeas.
Por su parte, para Asaja, la votación refleja la preocupación de los eurodiputados por el enfoque unilateral de la Comisión, percibido como ideológico y desconectado de las realidades del sector agrícola.
Esta organización agraria dice que esta postura ha sido constantemente denunciada por el COPA y la COGECA. Los agricultores y las cooperativas agrícolas de la UE están comprometidos con la mejora de su sostenibilidad medioambiental, pero para ello necesitan objetivos realistas y el apoyo adecuado, elementos que han estado ausentes en el texto de la Comisión.
Unión de Uniones destaca también los esfuerzos de todo tipo que están realizando los agricultores -no solo en cuestiones fitosanitarias-, para proporcionar a los ciudadanos europeos una alimentación sana, de calidad, a precios accesibles y producidos de forma sostenible
En este contexto, desde Asaja se ve una oportunidad histórica para impulsar la regulación de las Nuevas Técnicas Genómicas (NGTs), que ofrecen una herramienta crucial para la agricultura, al permitir un enfoque más equilibrado y fundamentado científicamente antes de cualquier reducción de fitosanitarios.
COAG recuerda las consecuencias del recorte y pide reciprocidad
La organización agraria COAG recuerda que, según el informe de impacto realizado por la Universidad de Wageningen, la aprobación de este reglamento SUR “provocaría una pérdida del 20% de la producción vegetal europea y, en consecuencia, un mayor aumento del precio de los alimentos”.
Miguel Padilla, secretario general de COAG cree que “es intolerable la hipocresía de la Comisión Europea respecto a la no exigencia de estas condiciones a las importaciones de terceros países. Perpetuaría la competencia desleal con nuestras producciones”. La coordinadora agraria pide reciprocidad para que las exigencias que se aprueben en la UE deben cumplirlas las producciones agrarias que entren al mercado comunitario.