La federación pide incluir los regadíos en la estrategia nacional de prevención
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (FENACORE) asegura que las zonas agrarias regadas con sistemas modernos y eficientes actúan como cortafuegos naturales frente a los incendios forestales, contribuyendo de esta manera a la protección del medio rural.
Tras la aprobación de la declaración de zonas afectadas gravemente por emergencias de Protección Civil -anteriormente catastróficas- y ante la propuesta de impulsar un Pacto de Estado para hacer frente a la emergencia climática que deje fuera la confrontación política, FENACORE afirma que la última oleada de incendios muestra que los regadíos deben ser considerados como parte de la estrategia nacional de prevención.
De esta manera, entre otras bondades, los regadíos no sólo garantizan la producción de alimentos, sino que protegen la biodiversidad, evitan la degradación del suelo y reducen la vulnerabilidad de los ecosistemas y comunidades rurales frente al fuego.

Gestión integral del territorio
La Federación defiende una gestión integral del territorio que incluya medidas como la limpieza de masas forestales, la proyección de cortafuegos o la educación ambiental. A su juicio, ya no basta con centrarse únicamente en la extinción, sino que la prevención, la planificación del uso del suelo y la participación activa de los actores locales son elementos esenciales para proteger los ecosistemas y las comunidades rurales.
FENACORE alerta de que el abandono de parcelas agrícolas incrementa el riesgo de propagación de incendios al facilitar la continuidad del combustible vegetal. Frente a ello, los paisajes agrícolas en activo, especialmente de regadío, actúan como barreras que fragmentan la vegetación y ralentizan el avance de las llamas. De esta forma, remarca que la gestión activa del territorio agrícola no sólo protege la producción y el paisaje, sino que también contribuye a la resiliencia frente a los incendios forestales.
La Federación detalla que los regadíos, y en particular los sistemas por aspersión, mantienen la vegetación irrigada y reducen la acumulación de materia seca, ofrecen un freno tangible a la propagación de los incendios.
Además, los cultivos bien gestionados y los terrenos desbrozados permiten crear un mosaico de áreas que interrumpen la propagación de las llamas, limitan su alcance y protegen tanto los núcleos rurales como los bosques colindantes.
Reducir los tiempos de respuesta y aumentar la eficacia de las operaciones de emergencia
En paralelo, FENACORE destaca el papel de infraestructuras como los embalses y las balsas como recursos logísticos en emergencias, en especial para que hidroaviones y helicópteros puedan recargar agua directamente, acortando tiempos de respuesta y aumentando la eficacia de estas operaciones.
De esta forma, estas infraestructuras no únicamente sirven para almacenar agua para diferentes usos (abastecimientos, energéticos, medioambiental, recreativos, regadío…) y laminar avenidas de agua durante lluvias torrenciales, sino que se convierten en puntos estratégicos para los equipos de extinción.
Por su parte, las balsas de riego también ayudan tanto a garantizar un uso eficiente del agua en la agricultura como -en estas situaciones tan trágicas- a facilitar la recarga de los helicópteros.
Como ejemplo reciente, en Galicia, el embalse de Belesar ha sido utilizado recientemente para abastecer a hidroaviones durante incendios forestales de gran magnitud, demostrando cómo la infraestructura de riego se integra directamente en la estrategia de protección civil.
Obstáculos administrativos y legales
Sin embargo, FENACORE lamenta que la capacidad de estas estrategias se vea limitada por obstáculos administrativos y legales para la gestión del agua que no sólo afectan a la producción agrícola, sino que también reducen la capacidad de las comunidades rurales para mantener paisajes resilientes frente a los incendios.
De ahí y tras la puesta en marcha de la Comisión Interministerial que definirá el Pacto de Estado contra la Emergencia Climática, FENACORE subraya la necesidad de coordinar políticas agrarias y ambientales para gestionar el agua de manera sostenible y, así, proteger la vida rural.
Daños del fuego en los regadíos
FENACORE está trabajando activamente para recabar información sobre las consecuencias de los últimos incendios en el sector del regadío. Con este objetivo, ha lanzado una consulta dirigida a las Comunidades de Regantes para conocer las posibles afecciones sufridas, tanto en infraestructuras como en cultivos.
La iniciativa busca valorar el alcance real de los daños en instalaciones hidráulicas, eléctricas, cultivos y otros elementos relacionados, incluyendo una estimación económica de los perjuicios, así como cualquier información adicional de interés.
Según FENACORE, contar con esta información resulta fundamental para defender y visibilizar adecuadamente la situación del regadío ante emergencias de este tipo, y para trasladar a las Administraciones Públicas una visión global y fundamentada de la situación. Asimismo, permitirá coordinar, en su caso, las actuaciones de apoyo institucional necesarias para mitigar los efectos de estos incendios.