Francia podrá exportar su producción de cereales fuera de Europa a partir del 25 de abril, fecha en la que -según informaba Le Figaro- quedaría prohibido el uso de la fosfamina, un insecticida usado para tratar los envíos de granos en las bodegas de los barcos y que la Agencia Nacional Francesa de Seguridad Alimentaria (ANSES) ha decidido permitir siempre que lo exija el país comprador.
Como la fumigación con este producto es obligatoria en muchos países clientes de Francia, a partir de ese día no se hubiera podido descargar la mercancía y Francia pondría en peligro la exportación de más de 11 millones de toneladas de cereal.
La decisión de prohibir la fosfamina -ahora permitida con condiciones-, fue tomada por la Agencia Nacional Francesa de Seguridad Alimentaria (ANSES) en octubre de 2022 que renovó la autorización de comercialización del producto, excepto en “contacto directo con cereales“, sin contar con el Gobierno francés. Es precisamente el Gobierno de Francia el que ha presionado para que la agencia modificara su decisión inicial.
Se calcula que la prohibición afectaría a unos 11,5 millones de toneladas de cereales y los productores franceses temían que Rusia les sustituyera como proveedor de sus clientes africanos.
Esta decisión de ANSES era una especificidad francesa, ya que la autorización para el uso de fosfina se ha renovado en los últimos meses en la mayoría de los países europeos vecinos.