La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha avanzado la predicción para el trimestre abril-mayo-junio de 2023 en España e indica que, en la mayor parte de la Península, las temperaturas se encontrarán en torno al promedio normal o serán más cálidas de lo normal. El carácter cálido será más probable en el este peninsular y en ambos archipiélagos.
En cuanto a las precipitaciones, el escenario más probable es el de una primavera con precipitaciones en torno al promedio normal, aunque podría tener un carácter más lluvioso de lo normal en la vertiente atlántica (es decir, buena parte del oeste y zona central de la Península) y más seco de lo normal en la vertiente mediterránea y Baleares.
Las primeras predicciones disponibles para el verano de 2023 apuntan como escenario más probable el de unas temperaturas, de nuevo, superiores al promedio normal. Un verano, por lo tanto, en el que los índices de riesgo de incendios podrían alcanzar valores muy altos.
Invierno cálido y húmedo, pero continua la sequía
AEMET también ha hecho el balance climático del invierno 2022-2023, que en conjunto fue cálido y húmedo. Se trató del décimo invierno más cálido desde el inicio de la serie en 1961 y el quinto más cálido del siglo XXI. A lo largo de la serie, ha habido treinta inviernos más secos y treinta uno más lluviosos que el de 2022-2023.
En cuanto a las precipitaciones, el invierno fue en su conjunto húmedo, con un valor de precipitación media sobre España peninsular de 194,5 mm, valor que representa el 103 % del valor normal del trimestre en el periodo de referencia 1991-2020. El mes de diciembre fue muy húmedo, enero tuvo un carácter normal, mientras que febrero fue muy seco en el conjunto del país.
El invierno tuvo carácter entre normal y húmedo en prácticamente toda la Península, aunque en amplias zonas del Levante resultó seco.
Más allá del carácter ligeramente húmedo del invierno 2022-2023, al analizar las precipitaciones registradas durante los doce meses previos a marzo de 2023, se concluye que la España peninsular en su conjunto continúa en una situación de sequía meteorológica en la que entró hace más de un año, en enero de 2022.
Aunque con las precipitaciones del invierno se alivió en parte la situación, todas las cuencas de acumulación, excepto las del Tajo, Júcar y Segura, se encontraban a finales de febrero de 2023 en situación de sequía meteorológica a doce meses. Si se amplía el análisis de las precipitaciones a los treinta y seis meses previos, el resultado es que España entró en una sequía de larga duración a finales de 2022, y continuaba en esta situación a comienzos de marzo de 2023. Las cuencas más afectadas por la sequía de larga duración son las del Guadalquivir, Sur y Pirineo oriental.