Juan Pedro Medina, ingeniero agrónomo y ex viceconsejero de PAC de la JCyL. Colaboración para Asaja Castilla y León
Juan Pedro Medina, ingeniero agrónomo y ex viceconsejero de PAC de la Junta de Castilla y León (JCyL), comenta en el periódico ‘Campo Regional’ de Asaja Castilla y León que, la Comisión Europea, transcurridos 100 días del inicio de la presente Legislatura, presentó en febrero el documento de reflexión titulado: ‘Una visión de la agricultura y la alimentación: configurando juntos un sector agrícola y agroalimentario atractivo para las generaciones futuras‘.
Un primer apunte: respecto al anterior mandato de la presidenta Úrsula Von Der Leyen, en este caso es un documento propio, lo ha “parido”, no lo ha heredado, como en la reforma anterior, que lo tuvo que asumir y en su caso “enriquecer” con su proyecto estrella, el llamado Pacto Verde, con el que inició el mandato en 2019.

Brújula de la Competitividad de la UE
La ‘Visión‘ presentada es una componente de una estrategia más amplia contenida en la “Brújula de la competitividad“, presentada por la presidenta.
Así, la palabra competitividad cobra protagonismo en el documento que podemos identificar en una seña de reorientación política, en la que los aspectos económicos y sociales vinculados a la actividad agraria y agroalimentaria vuelven a cobrar protagonismo sin dejar de lado los aspectos medioambientales. Resumiendo: más mercado y menos Pacto Verde.
En este sentido, enmarca la labor de la Comisión, para sus cinco años de mandato, en todos los ámbitos políticos relacionados con la agricultura y la alimentación, incluyendo la orientación de la futura PAC a partir de 2028. Señala que la Visión proporciona previsibilidad al sector agroalimentario y aspira a hacerlo atractivo, competitivo y resiliente, como parte fundamental que es de la economía europea.
En el párrafo anterior, en mi opinión, podemos encontrar un segundo apunte, como es el marco temporal amplio y no concreto ya que, por una parte, indica que enmarca su labor para el mandato 2024-2028 y, por otra, señala la futura PAC 2028 e incluso añade referencias a más largo plazo, como 2040.
Menos apoyo directo a los agricultores
Un tercer apunte relacionado con su contenido: observo que se da un mayor peso a las políticas regulatorias (sin dotación financiera) y un menor peso o protagonismo a los modelos de apoyo directo a los agricultores, salvo las referencias a la continuidad de las medidas sociales (PAC más justa que denomina y presume el ministro Planas):
- degresividad y capping,
- pagos a quienes más lo necesiten
- cambio de pagos agroambientales basados en incentivos para los agricultores, en lugar de condicionarlos al cumplimiento de requisitos obligatorios y limitarlos, en el mejor de los casos, a las pérdida de renta.
Una duda me surge, este enfoque más regulatorio ¿puede ser una estrategia en defensa anticipándose a un nuevo Marco Financiero Plurianual 2028-2034, restrictivo y con menor peso (menos dinero) para las políticas agrarias?

En todo caso y en mi opinión, el mayor protagonismo de las políticas regulatorias hereda muy buena parte de las políticas y medidas que ya están en marcha en la actual PAC, recordando de esta manera su vigencia. Por ejemplo, las propuestas sobre ‘Cadena alimentaria justa y equitativa‘, al introducir expresiones complacientes como que “no se tolerarán las prácticas en las que los agricultores se vean obligados sistemáticamente a vender por debajo de los costes”.
Además, el documento, cuando desarrolla lo que denomina “nuevas oportunidades de ingreso para los agricultores“, cita o hace referencia a muchas iniciativas que, en realidad, ya existen o están en marcha, como la certificación de créditos de carbono o la nueva Estrategia de Bioeconomía.
Igualmente, incide en otras cuestiones que se están desarrollando actualmente: el reglamento sobre nuevas técnicas de edición genómica (NGT), el reforzamiento de los sistemas de intercambio del conocimiento y la innovación… en definitiva, supone una continuidad de las propuestas de la actual PAC.
Más regulación sin dinero asociado
Señalaba que los aspectos regulatorios, siendo importantes, en general no llevan asociado dinero. Prueba evidente de ello la encontramos en la actual PAC 2023-2027, en la que el importe vinculado al objetivo específico de “mejorar la posición de los agricultores en la cadena de valor”, prácticamente no tiene dotación financiera.
Considero que una gran parte de las medidas de carácter regulatorio –precios justos, reciprocidad, agilidad en la autorización de nuevos productos fitosanitarios, normativa regulatoria simple- deben tramitarse con rapidez. No hay razón para su demora.
De lo contrario, no se conseguirá que el sector reavive su competitividad y se refuerce el atractivo de esta profesión para que pueda prosperar, innovar y aportar sus numerosos beneficios a nuestra sociedad. Hoy, mañana y en 2040.
“Reitero y comparto la necesidad de una nueva PAC con un presupuesto europeo específico y sólido, acorde a la importancia estratégica de un sector fundamental en la producción de alimentos y la sostenibilidad económica del medio rural” (Juan Pedro Medina).
Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028-2034 en el segundo semestre
La verdadera reforma de la PAC comenzará cuando se presenten, en el segundo semestre de 2025, las primeras propuestas sobre el presupuesto a largo plazo de la Unión Europea, el Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028-2034, y en paralelo se conocerán los textos legislativos de la Reforma de la PAC. Lo que hasta ahora conocemos es música que regala al oído, pero nada más. Hace falta conocer el dinero, la concreción y la letra pequeña.
Espero que las próximas propuestas no nos decepcionen, y que no ocurra como con la primera que hemos conocido, a final de marzo, sobre el denominado ‘paquete del vino‘, para afrontar los retos de la crisis del sector vitivinícola, que carece de presupuesto adicional de la Unión Europea, lo que deja la puerta abierta a la renacionalización de las ayudas.
Reitero y comparto la necesidad de una nueva PAC con un presupuesto europeo específico y sólido, acorde a la importancia estratégica de un sector fundamental en la producción de alimentos y la sostenibilidad económica del medio rural.
Me viene al recuerdo una frase de Norman Borlaug, ingeniero agrónomo, conocido como el ‘padre de la Revolución Verde’: “El hambre y la pobreza son la antítesis de la paz“.
El objetivo debe ser contar con un nuevo presupuesto ambicioso, sin ambigüedades y con asignación decidida para afrontar un programa de inversiones ambicioso, con un enfoque principal en el refuerzo de políticas estructurales que permitan al sector agrario profesional ser más competitivo, moderno y con futuro, a la vez atractivo para la incorporación de jóvenes al sector.